Iglesia memorial católica Maria Regina Martyrum

En el norte de Berlín, en el distrito de Charlottenburg, se erige una iglesia muy especial. La iglesia memorial de los católicos alemanes Maria Regina Martyrum se construyó aquí entre 1960 y 1963. Se trata de un lugar de continua advertencia y de conmemoración de los crímenes de lesa humanidad perpetrados durante la era más oscura de la historia alemana: el nazismo. Justo al lado de la iglesia se encuentra el convento Karmel Regina Martyrum, que data de 1984 y en el que todavía viven, trabajan y oran muchas monjas.

La arquitectura como reflejo de un pasado violento

La iglesia impresiona ya desde lejos por sus severas líneas rectas. Para acceder a ella llegando desde la calle Heckerdamm, hay que atravesar un patio llamado «Feierhof». Se trata de un lugar dedicado al silencio y al aislamiento, con adoquines oscuros y paredes de guijarros negros que evocan las plazas donde se hacía formar a los presos en los antiguos campos de concentración. Desde aquí se entra a la iglesia, cuya fachada está revestida con placas de marmolina blanca. Así, la clara estructura del edificio emerge con un mensaje de vida sobre la zona oscura de la muerte.

En el Feierhof hay un viacrucis obra de Otto Herbert Hajek. Tómese un momento y observe cada una de las estaciones del viacrucias de Jesús plasmado en el muro de casi cuatro metros de altura del patio. Podrá ver una gran cantidad de pequeñas cruces entrelazadas con el sufrimiento humano.
También reviste especial interés la escultura dorada en la entrada de la iglesia, que representa a una «mujer apocalíptica» que resplandece a la luz del sol y es obra de Fritz Koenig; un tema del Apocalípsis de San Juan.

Disminución de formas y colores

En el interior del edificio, una empinada escalera conduce a la parte superior de la iglesia, donde se expone un enorme retablo mayor obra de Georg Meistermann. En él, el artista ha plasmado el caos y la caída en formas y colores, pero en el centro de la vorágine hay un cordero bíblico como símbolo de la no violencia. 
Una reconfortante luz diurna penetra en la nave de la iglesia por las hileras de ventanas «como una promesa de Pascua a la vista de Plötzensee» (arquitecto Hans Schädel).

Entre también en la cripta, donde podrá admirar una impresionante Piedad de Fritz Koenig velando las tumbas, cuya inscripción reza: «A todos los testigos de sangre a quienes se negó la sepultura. A todos los testigos de sangre cuyas tumbas se desconocen».

Más información sobre el Camino del Recuerdo, en el que se encuentra la iglesia conmemorativa Maria Regina Martyrum, en visitBerlin.de.