Villa comercial en la Edad Media
Pese a que en 2008 la Autoridad Arqueológica regional encontró en la Petriplatz vigas de roble supuestamente procedentes del año 1183, la
fundación de la ciudad de Berlín está datada oficialmente en 1237. Hacia 1400, en lo que hoy es el distrito Mitte, surgió una ciudad con dos poblaciones que unificaba los dos asentamientos comerciales de
Cölln y Berlin y que contaba con 8.500 habitantes, 1.100 casas y tres ayuntamientos. El primero de ellos se encontraba en la esquina noroeste del actual ayuntamiento de Berlín. Hasta principios del siglo XV, la ciudad, al igual que Brandeburgo, estuvo bajo la autoridad de la Casa de Ascania (1157-1320), los Wittelsbach (1323-1373) y los Luxemburgo (1373-1415).
El Berlín de los Hohenzollern
En 1415 tomaron el poder en Berlín los
Hohenzollern , que lo conservarían más de 500 años. La casa gobernó sin interrupción desde Federico I, príncipe elector y margrave de Brandeburgo, hasta Guillermo II (de 1888 a 1918); a partir de 1701 lo hicieron como reyes de Prusia, y en 1871 con el título de Kaiser ("emperador") de Alemania. Federico II colocó en la Isla del Spree, conocida también como Cölln, la primera piedra de lo que llegaría a ser el
Palacio de la Ciudad de Berlín, que con el príncipe elector Juan Cicero se convirtió en residencia permanente de los Hohenzollern en Brandeburgo. A la creciente importancia política y económica de Berlín contribuyó la adhesión de los príncipes electores de Brandeburgo a la Reforma Protestante (1539) y el asentamiento de las comunidades judía y hugonota gobernando el príncipe elector Federico Guillermo (1685: Edicto de Tolerancia de Potsdam). Con esta política en materia de religión y estructura económica, los príncipes sentaron los cimientos del desarrollo que haría de Berlín una
ciudad de la diversidad cultural.
Capital de la monarquía
Federico I.
El origen del actual
Palacio de Charlottenburg se remonta al príncipe elector Federico III, que mandó construirlo en 1695 en terrenos de Lietzenburg para su esposa Sofía Carlota. Ya en el trono con el nombre de Federico I de Prusia, unificó en 1709 las ciudades de Berlín, Cölln, Friedrichswerder, Dorotheenstadt y Friedrichsstadt, que entre todas formaron Berlín, capital y sede real. Por orden suya, se levantó para los ahora 55.000 habitantes un hospital de apestados situado extramuros; su sucesor Federico Guillermo I decidió destinarlo en 1727 a lazareto con una escuela de prácticas médicas, dándole el nombre de
Charité.
Federico el Grande
Nacido en el mismo Palacio de la Ciudad, el
Viejo Fritz gobernó en el estilo del absolutismo ilustrado. Llevó a Prusia a tres guerras y, también, al ascenso a gran potencia europea. En 1763 fundó la Manufactura Real de Porcelana de Berlín; en 1769 ordenó construir en Potsdam el Nuevo Palacio. Durante el reinado de Federico II surgió en Berlín una
arquitectura de intención representativa que aún puede contemplarse hoy en Unter den Linden. Allí encontramos el conjunto barroco formado por la
Zeughaus (Arsenal; 1706 / terminación definitiva 1730), el Kronprinzenpalais (Palacio del Príncipe Heredero; 1633 / reforma 1732), el Prinzessinnenpalais (Palacio de las Princesas; 1737, hoy Palacio de la Ópera), la Staatsoper (Ópera Estatal) (1742), el Palacio del Príncipe Heinrich (1756, desde 1810 Universidad Humboldt de Berlín), la Catedral de Santa Eduviges (1773) y la Alte Bibliothek (1780).
La cultura de los salones
Tras la Guerra de los Siete Años aparecieron en Prusia los primeros
salones artísticos y literarios siguiendo el modelo francés. En casa de damas de la alta sociedad como Karoline Friederike von Berg se reunían para intercambiar ideas hombres de letras como Herder, Wieland, Goethe o Jean Paul, pero también altos funcionarios estatales como el Barón vom Stein. En los salones judíos como los de Henriette Herz o Rahel Levins se invitaba también a mujeres, y así Henriette Mendelsohn, Sophie Mereau-Brentano o Bettina von Arnim se encontraban con científicos como Alexander y Wilhelm von Humboldt o miembros de la alta nobleza como el príncipe Luis Fernando de Prusia. Era un medio que permitía a las familias judías acomodadas utilizar veladas amistosas para eludir su exclusión de la vida social y avanzar por el camino de su emancipación.
La reina Luisa
Luisa de Mecklenburgo-Strelitz se convirtió ya en vida en figura de culto. Siendo reina supo ganarse el favor de las personas con su belleza y su manera poco convencional de actuar. A través de su dama de honor la señora de Berg, que acogía un célebre salón literario en el distrito de Tiergarten, la reina tuvo contacto directo con la literatura de su tiempo, por ejemplo la de Goethe, Herder o Jean Paul. En Tilsit, tras la derrota de Prusia a manos de Napoleón, la
reina Luisa, alta la cabeza, salió al paso del vencedor para implorarle mesura en las condiciones de paz. Madre de diez hijos, fallecida en 1810 con solamente treinta y cuatro años, está enterrada en el
parque del Palacio de Charlottenburg, y allí su tumba sigue siendo hoy el destino de "peregrinación" de sus numerosos fans.
Lugares históricos en el Berlín de hoy: