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Villa von der Heydt, Außenansicht mit Treppe
Villa von der Heydt © wikimedia, Foto: Manfred Brueckels (CCBY SA3-0)

Villa von der Heydt

Un joya oculta con una historia turbulenta

La Villa von der Heydt, un edificio neorenacentista situado en el ídilico Landwehrkanal tiene un pasado de todo menos idílico.

El constructor jamás hubiera pensado que en su casa se serviría sopa de aleta de tiburón, se utilizaría para hacer apuestas ilegales o se convertiría en una fábrica de bombones. Esta villa oculta en Reichpietschufer tiene una historia muy interesante y variada que contar.

El constructor jamás hubiera pensado que en su casa se serviría sopa de aleta de tiburón, se utilizaría para hacer apuestas ilegales o se convertiría en una fábrica de bombones. Esta villa oculta en Reichpietschufer tiene una historia muy interesante y variada que contar.

La historia de la villa

August Freiherr von der Heydt construyó entre 1860 y 1862 una de las últimas villas que quedan en el Tiergarten, que era su residencia. El edificio neorenacentista también se construyó con una función representativa, con jardines diseñados por el famoso paisajista Lenné. Von der Heydt, que acabó siendo ministro bajo las órdenes de Bismarck, vivió en esta villa hasta su muerte en 1874.
El hijo de Von der Heydt, Eduard, alquiló la villa al primer enviado chino del Imperio alemán. Cuando Liu Xihong se trasladó a la villa, el humo del opio y el tabaco flotaba por el Landwherkanal. Convirtió la villa en una posada, en la que se servían platos exóticos y especialidades, como pato deshidratado, jamón en bolas y sopa de aleta de tiburón.
A partir de 1890, la propiedad volvió a la familia von der Heydt. Karl, el sobrino de August, era banquero y coleccionista de arte. Utilizó la villa para dar fiestas de lo más salvajes y la estableció como salón para la alta sociedad de Berlín. Muchos poetas la frecuentaban, como Maria Rilke. Después de la Primera Guerra Mundial, el club deportivo alemán "Allgemeiner deutscher Sportverein e.V." adquirió la villa. El nombre era engañoso, porque en realidad, se trataba de un club exclusivo para apuestas ilegales, póquer y bacará. Una redada policial puso fin a estas ilegalidades en 1933.

Destrucción y reconstrucción

Después de los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial, lo único que quedó de la villa fue el sótano, que se siguió utilizando para vender aguardiente en secreto. Más tarde, se convirtió en un lugar donde se fabricaban chocolates y dulces. En 1966, la villa fue declarada monumento histórico y pudo empezar a recuperarse de los problemas de las décadas anteriores. En 1971 comenzaron los planes para reconstruir las plantas superiores y renovar los arcos del sótano. Los trabajos de reconstrucción de la villa se llevaron a cabo entre 1976 y 1980. Desde entonces es la sede oficial del presidente de la Fundación de Patrimonio Cultural de Prusia.

La villa está situada en el complejo Calandrelli, bajo las sombras de grandes árboles. La mejor forma de disfrutarla es tomando un café en la cafetería del cercano Bauarchiv.