Trenes hacia la vida y hacia la muerte
Monumento al transporte de niños en la época nazi
Justo al lado de la estación de Friedrichstraße, en la intersección entre Georgenstraße y Friedrichstraße, se puede ver una escultura de bronce de un grupo de niños casi de tamaño natural.
Siete niños y niñas simbolizan los niños judiós de los años 30. La disposición de los miembros del grupo refleja el destino contrapuesto de los niños en la época nazi. Cinco figuras de bronce gris miran a un lado, simbolizando el sufriendo de los niños deportados que murieron demasiado jóvenes en los campos de concentración. Las otras dos figuras, hechas de bronce más claro, miran hacia la otra dirección. Representan los niños judíos que pudieron salvar sus vidas gracias al Kindertransport a Inglarerra.
Más de dos millones de niños perdieron la vida entre 1933 y 1945 por la tiranía de los nazis. El corredor de bolsa Nicholas Winton, conmovido por el destino de los refugiados judíos, organizó en 1938 los primeros rescates de niños judíos y su traslado a Inglaterra, con la ayuda de la población inglesa. Estos Kindertransport eran un intento de proteger a las víctimas más jóvenes de la dictadura nazi. Unos 10.000 niños judíos de Alemania, Austria, Polonia y la antigua Checoslovaquia pudieron escapar de esta manera de la deportación y encontrar refugio en hogares infantiles o con familias inglesas en Londres. El 30 de noviembre de 1938, salió el primer tren con 196 niños de la estación de Friedrichstraße en Berlín. Hoy en día, la escultura de bronce del arquitecto y escultor Frank Meisler se encuentra en ese preciso lugar, sinónimo de libertad para muchos niños judíos. El propio Meisler viajó con uno de los Kindertransport de Friedrichstraße hasta Inglaterra.