Körnerpark

En 1916, el empresario Franz Körner hizo una oferta a la ciudad de Berlín que no podía rechazar. En el cruce de las calles de Jonas-, Schierker-, Wittmannsdorfer- y Selkestraße se encontraba su gravera. Körner quiso dárselo a la ciudad a condición de que se creara un parque con su nombre. La idea del diseño de Hans Richard Küllenberg, el director horticultor de Neukölln, fusionó el arte de la arquitectura y del jardín en una unidad monumental arquitectónica, lo que supuso la vuelta al siglo XX. El idílico complejo de jardines ha experimentado altibajos en el curso de sus 100 años de existencia: una vez fue admirado en los medios de comunicación como «Sanssouci de Neukölln» y «la gravera más hermosa de Berlín», y en otra ocasión fue despreciado como la «pena de Neukölln». Después de la Segunda Guerra Mundial, el parque se volvió cada vez más desolado. No fue hasta 1977 que comenzaron los trabajos de reconstrucción, uno de los proyectos de construcción más grandes del barrio.

Las semillas de hoy

Hoy en día, largas escaleras con balaustradas llevan al césped, que se encuentra entre cinco y siete metros por debajo del nivel de la carretera. El agua cae por seis escalones y llega a una fuente que la arremolina en el aire. Pequeños canales, setos cortados, un colorido jardín de flores y plátanos hacen del Körnerpark uno de los parques más bellos de Berlín. Desde 1983, se encuentran en el antiguo invernadero la galería comunitaria del Körnerpark y una cafetería. La exposición inaugural presentó obras gráficas de Markus Lüpertz, el cual trabajó en una comisión de arte en construcción en los antiguos estudios del ala lateral. Desde hace más de 30 años, la galería de Körnerpark es un centro cultural central en Neukölln donde se presentan artistas contemporáneos de renombre nacional e internacional. Con la serie de conciertos de libre acceso «Sommer im Park» (Verano en el parque) y «Salonmusik» (Música de salón) en primavera y otoño, el parque también juega un papel musical durante todo el año.