Fliegeberg

El sueño de volar hizo que Otto Lilienthal se convirtiera en pionero de la aviación y el primer aviador de la humanidad. Gracias a su aeronave, Lilienthal consiguió volar y cumplir su sueño.

Una colina para volar

Lilienthal experimentó con las primeras aeronaves en varias colinas de Berlín. Cerca de su casa en Lichterfelde, donde su hermano Gustav construía villas decoradas, hizo construir una colina artificial de restos en 1894. La colina tenía cerca de 60 metros y Lilienthal la utilizaba para probar sus aeronaves. Realizó un total de más de 1.000 vuelos, alcanzando distancias de más de 80 metros.

Fliegeberg hoy en día

Cuando el parque se rediseñó entre 1928 y 1933, los arquitectos talaron los árboles y crearon terrazas a lo largo de la colina. Puede subir fácilmente a la colina por unas escaleras y disfrutar de las vistas.
Un pórtico circular sobre la colina conmemora el sueño de volar de Otto Lilienthal. El globo terráqueo de bronce es una réplica porque el original se fundió durante la guerra.
Cada año se celebra el Fliegefest en el parque en honor a Lilienthal y sus trabajos pioneros.

Tumba en el cementerio Lankwitz

Lilienthal tuvo un accidente en 1896 durante una prueba de vuelo en Gollenberg y murió por sus heridas. Su tumba está en el cementerio Lankwitz. En 1940 se añadió la inscripción "Opfer müssen gebracht werden" (Hay que hacer sacrificios) a la tumba. De acuerdo con la leyenda, estas fueron las últimas palabras de Lilienthal, aunque los testigos presentes no dicen lo mismo. 

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La casa de Lilienthal en la zona residencial de Lichterfelde West

Mientras Otto surcaba los cielos, su hermano Gustav construía casas maravillosas de estilo pseudomedieval en la nueva zona residencial de Lichterfelde West. La casa de Otto Lilienthal en Boothstraße 17 ya no existe. Pasee por el barrio y disfrute de las mansiones toscanas, los edificios impresionantes con arcos de medio punto y los puentes decorativos o las villas con frontones y torrecillas. La estación de tren de Lichterfelde West es un buen punto de partida. Al pasar por la colorida Casa Emisch, decorada con motivos religiosos y la Villa Holzhüter de estilo toscano llegará a Kommandantenstraße, una calle con magníficas villas. En Weddigenweg en Paulinenstraße podrá maravillarse con las casas de estilo Tudor con puentes levadizos, almenas y torreones.

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