El sueño se hace realidad cuando se pasea por el extenso Parque del Castillo Charlottenburg. La colorida residencia ofrece un telón de fondo incomparable, ante el cual se abren maravillosos jardines barrocos. Haga el tiempo que haga, este lugar es ideal para relajarse, jugar y hacer una visita. En verano se puede tomar el sol en una de las numerosas tumbonas, hacer un picnic o jugar al fútbol; pero también hay rincones tranquilos entre los setos de la Orangerie. En invierno, con la nieve, los niños pueden ir en trineo por el Trümmerberg, en la parte trasera del parque.
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