Berlín silenciosa y verde
Sobre caminos románticos y encantadoras calles laterales: desde Frohnau pasando por Heiligensee hasta Tegel.
Respirar hondo: Su elegante belleza y tranquilidad rural hacen que la parte más septentrional de Reinickendorf parezca una típica ciudad jardín inglesa. Las pacíficas plazas alrededor de Frohnau y la casa budista le permiten disfrutar de la tranquilidad a pesar de estar todavía en Berlín. ¿Sabe usted que el nombre Frohnau fue determinado durante un concurso en 1909 y se deriva de “Frohe Aue” (“prado alegre”)? El núcleo de la ciudad jardín de Frohnau se constituye de la estación ferroviaria con su edificio de recepción modernista, así como de las plazas Zeltinger Platz y Ludolfingerplatz. Establecido entre 1910 y 1912 por el paisajista Ludwig Lesser, ambas plazas están conectadas por un puente.
La torre del casino en Frohnau
Nuestro consejo: Debería subir al símbolo de Frohnau, la torre del casino con sus 30 metros de altura, para disfrutar de la hermosa vista. La plaza adyacente está rodeada de una avenida llena de castañas blancas la cual enmarca una pérgola cubierta de vino.
Si pasa por la antigua cancha e ingresa en el bosque de Frohnau, descubrirá una pintoresca finca artística del siglo XX. Las obras que se produjeron aquí se exponen una vez al año durante la jornada de puertas abiertas. Al continuar el recorrido rumbo a la antigua instalación fronteriza que bordea el camino del Muro, se topará con el asentamiento de inválidos ubicado en la frontera del Estado federado de Berlín. El asentamiento es una de las instalaciones más antiguas de atención a víctimas de guerra en el espacio germanófono y cuenta con una tradición de 250 años. Fue creada en su época como vivienda o para la alimentación de las personas y su característica arquitectura evoca el barrio holandés de Potsdam.
El pueblo Lübars
Un poco más al este está Lübars – el idilio rural a proximidad de la metrópoli de Berlín. El pueblo fue fundado como pueblo de prado en 1230 durante la colonización alemana en la Europa Central y Oriental. Lübars es considerado como verdadera curiosidad hasta la disolución de la RDA, ya que es el único pueblo dentro del entonces amurallado barrio berlinés. Aquí todavía encontrará, además de mucha naturaleza, una estructura de pueblo conservada con su iglesia barroca datando de finales del siglo XVIII. El cortijo juvenil de Lübars le muestra la vida cotidiana campesina: Se le enseñan antiguas y tradicionales técnicas artesanales, en la rústica era se come como es debido, y puede escalar los 85 metros de la montaña adyacente, la cual es, como la mayoría de las elevaciones en Berlín, una antigua montaña de basura. Allí se encontrará en el centro del parque temático de Lübars: Aquí los niños pasan con la tirolina por encima de la plaza, escalan por el gran circo de cuerdas, se balancean sobre la piscina infantil, bajan a toda velocidad por el tobogán, caminan sobre el puente colgante o hacen obras de arte con su patineta en el medio-tubo.
En el lago de Tegel
Más al sur llegará al lago de Tegel. Aquí la orilla natural invita a pasear. A los berlineses les encanta subirse a uno de los numerosos barcos de vapor y contemplar los monumentos desde la cubierta. Por cierto, Reinickendorf también es conocido por sus clubes de vela. En la orilla norte del lago de Tegel se encuentran el palacio y el parque de Tegel. Se accede al parque cruzando la porta a la derecha detrás del palacio. Allí también se halla el camposanto con las tumbas de los hermanos Humboldt.
A unos pasos se topará con la “Dicke Marie” (“Gorda María”): así se llama un imponente y nudoso roble común que ya mide 26 metros de altura. Su tronco tiene una circunferencia de casa siete personas y un diámetro de aproximadamente dos personas. Ya lleva más de 900 años acompañando la historia de Berlín. Según la narración, los hermanos Guillermo y Alejandro de Humboldt le dieron el nombre de su cocinera alrededor del año 1800. Eso hace de la Dicke Marie el árbol más antiguo de Berlín.
Entre los lagos naturales de Reinickendorf está el lago Schäfersee con sus 4,5 hectáreas y aproximadamente siete metros de profundidad. Lleva su nombre prometedor y romántico en referencia a la antigua cría de ovejas del año 1738 al extremo este del lago, una instalación con vivienda y edificios agrícolas. La proximidad del del agua es una condición importante para la cría de ovejas, dado que los animales son lavados antes del esquilado. En la actualidad, el Café del lago, el campo de minigolf y un alquiler de barcas le ofrecen diferentes posibilidades de pasar el día allí.
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