Pasar al contenido principal
Blick auf die Havel in Gatow
© visitSpandau.de/CS

Halbinsel Schildhorn (Península de Schildhorn)

Antaño, uno de los destinos preferidos de los berlineses

Antaño, esta península era uno de los destinos favoritos para las excursiones desde Berlín. En el siglo XIX, este era un punto de reunión de los berlineses y berlinesas, que quedaban aquí para hablar y disfrutar de la buena cocina, o de los platos que traían preparados de casa, porque entonces esto todavía estaba permitido ahí.

La península tan solo se adentra 500 metros en el río Havel, pero a pesar de su reducido tamaño, alberga una gran variedad de distracciones. El camino circular a lo largo de la orilla es ideal para pasear sin dejar de contemplar nunca el agua. En la punta de la península hay una pequeña playa de arena que invita a darse un buen baño y tomar el sol. O si lo prefiere, también puede acomodarse en la zona de césped y disfrutar de un merecido descanso en la naturaleza.

Justo detrás se ubica el edificio de la segunda estación de salvamento acuático más antigua de Berlín. Y si sigue el trazado de la bahía Jürgenlanke, llegará a un parque infantil en el bosque. Ahí mismo encontrará también una colina, formada durante la Edad de Hielo, a la que puede subirse con ayuda de una escalera. Y una vez arriba disfrutará de unas maravillosas vistas sobre la localidad de Wilhelmstadt en el municipio de Spandau.
Ahí arriba también encontrará el monumento a Jaczo, cuya emocionante leyenda, con Alberto el Oso y Jaczo dándose a la fuga, puede leerse en un cuadro explicativo. El monumento fue diseñado en 1844 por el famoso arquitecto Friedrich August Stüler y construido en arenisca por el maestro constructor Christian Gottlieb Cantian, que por cierto, también fue quien creó el cuenco de granito expuesto en el Lustgarten.

Después de este relajante paseo, quienes lo deseen pueden seguir explorando y llegar en ferry hasta la pequeña isla de Lindwerder, ubicada algo más al sur. Otra opción es subir al monte Karlsberg y volver a disfrutar desde la Torre de Grunewald de unas impresionantes vistas sobre el Havel y el Wannsee.

Por cierto, el nombre de Schildhorn está documentado incluso en escritos del siglo XVI y lo más probable es que se componga de la traducción de «Schild», el nombre que los eslavos daban a estas aguas, y «Horn», la palabra en alemán bajo-medio para promontorio.