El Junction Bar abrió sus puertas en 1993 en el corazón de Kreuzberg, el barrio rebelde por excelencia. En este club de dos pisos coexisten pacíficamente un café (arriba) y un club en el sótano (abajo). Para poder ir del uno al otro hay que salir a la calle, ya que no existe una escalera interior. Jazz, pop, blues, Brasil, rap y funk: aquí se escucha toda clase de música, pero siempre en directo.